miércoles, 26 de octubre de 2022
Cansado de los lugares a la noche
esos que...
donde los besos sin nombre
se dan después de algunas cervezas
con caricias aceleradas
que te hacen amantes con velocidad desenfrenada
por un rato.
Una noche volvió a pasar
el deseo nos saco a empujones del lugar
para sentir que las heridas se cierran
cuando dos piernas se abren.
Pero en la mañana
el deseo es esa silueta
del humo del café,
que dejaste sin terminar.
Con el desencanto acusador
de volver a lo cotidiano,
del sol cómplice de la despedida
improvisando algunas frases tontas.
La vida te golpea,
la culpa...
te encadena a la cama,
porque sentís que dormiste acompañado
pero solo, con alguien pero solo.
Te das cuenta, que no hay carreteras rápidas
para el deseo,
que ningún viaje fugaz
de “amores veloces”
te dará lo que buscas.
Entonces aprendes,
que el amor es un rostro
donde quedarse a vivir.
W.N
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