"
Y cuando no puedas abrir una puerta recuerda
que no siempre está equivocada la llave, que,
a veces, lo está la cerradura, o
quizás estás intentando abrir la puerta equivocada."
Tengo las manos vacías de tanto dar sin tener, pero las manos son mías. El autor se construye y deconstruye aprendiendo todos los días que la vida es una sola, sus hijos y nietos su motor de vida.
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