miércoles, 26 de octubre de 2022
Mire el reloj que mi abuelo me regalo por mi cumpleaños; un Omega de bolsillo que según decía daba la hora exacta, la aguja horaria marcaba las 17 horas..
Recordé que a las 17 salía de la escuela y comenzaba la aventura del juego, donde una travesura era eso solo eso, una travesura, no te mandaban al psicólogo, la terapia era una soberana palmada y una penitencia de no salir a jugar.
La merienda a las 17 era una taza de leche y pan…...
Que a los 17 te colabas al baile y al cine para mayores, que debute a los 17 y que a las 17 mi perro Bakunin que no tenia patente se lo llevo la perrera, que después de las 17… andaba suelta otra “perrera” que aunque teníamos” patente” te llevaban igual que a mi perro y tampoco nos veían mas.
Comprar con la libreta en el almacén era normal, tu palabra la garantía, hoy es una garantía no tener palabra….miro el reloj, sigo buscando en las cosas de mi niñez y encontré el minutero…lo coloque en su lugar, ahora marca las 17 y hasta siento que suenan sirenas por mi calle, me asuste!!!
Puse al revés el “Omega” y marco las 11 y 30, entonces... almorzaba de apuro para ir a la escuela, cuando volví no comí la merienda de las 17 porque salí a entrar a Bakunin antes de que pasara la perrera, la otra “perrera” no pudo encontrar a “los otros sin patente”, estábamos en el cine o debutando bien escondidos… que volver a los 17 es mejor a las 11 y 30... y que ver un reloj a veces al revés es tu mejor garantía!!!
W.N
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